Vistas de página en total

martes, 10 de abril de 2012

Michael Jackson ‘made in Spain’.


La noche que murió Michael Jackson, su doble oficial español, Fran Jackson, estaba encima del escenario con el guante de lentejuelas puesto interpretando Billie Jean y, de pronto, se quedó congelado en un gesto. Trataba de seguir con el espectáculo mientras miraba desconcertado las imágenes de ambulancias y fans exaltados que se sucedían en las grandes pantallas del local.
Aquel 25 de junio de 2009, a Mampuel Jackson, el doble no oficial de Michael, el mismo que se hizo pasar por el Rey del Pop en aquella visita a la niña de los huesos de cristal en Zaragoza, le sonó el teléfono casi de madrugada. Un amigo norteamericano le informaba de que el cantante acababa de ingresar en un hospital californiano. Aquella misma noche, el productor musical Carlos López (Summum Music), estaba en su casa de Madrid consultando la prensa en su portátil cuando saltó la noticia. ¿Se había ido todo al traste?
Desde hacía meses, los tres, junto a la coreógrafa Yolanda Torosio (32 años), al director creativo Jesús Sanz (25 años) y al director musical Guillermo González (32 años), preparaban el montaje de un espectáculo sobre Michael Jackson, siguiendo la estela de la moda de los grupos tributo. Su repentina muerte puso en cuestión todo el proyecto por un momento, pero casi tres años más tarde su espectáculo musical, Forever King of Pop, nacido en cafés, naves industriales de la periferia madrileña y teatros de la capital, con un sello 100% español, arranca su gira internacional llenando el Palacio de Congresos de París, con cerca de 3.000 localidades (a 55 euros la entrada y a 5 euros el dossier publicitario). En cuatro días, con cinco pases, han vendido 15.000 entradas. Próximo destino Varsovia (Polonía). Y después, China, Brasil… Es una de las pocas veces que un espectáculo de no flamenco made in Spain se exporta y pone en pie al público extranjero. De la Gran Vía al mundo.
La noche del 12 de marzo de 2010 se estrenaba Forever King of Pop en el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía Madrileña. Habían sido necesarios ocho meses de castings y ensayos y una inversión de 700.000 euros. Un total de 57 personas, 30 artistas más los técnicos, conforman este equipo que ahora viaja por Europa con tres enormes tráilers a cuestas: “Lo llevamos todo: luces, vestuario, decorados…”, comenta el productor Carlos López. Un tipo de porte más bien menudo pero sin complejos, capaz de cantarle las cuarenta a cualquier francés que utilice la palabra “rigor” después de llegar media hora tarde para abrir la sala.
En la cafetería del teatro de La Latina, en el hotel Me de la Plaza de Santa Ana, en la casa del productor… empezó a pergeñarse la idea de este espectáculo que, frente a arruinarse con la muerte de aquel niño que un buen día Sony arrancó de The Jackson 5, comenzó a crecer como la espuma. Dejó de ser un tributo para convertirse en un espectáculo homenaje en toda regla. El mismo que vino a ver el padre de Michael, Joseph Walter (Joe) Jackson, cuando se estrenó en Sevilla en marzo de 2011. Allí, el ideólogo de The Jackson 5, aparte de pasear sus oros, cual patriarca gitano, por la ciudad del Guadalquivir, probar el jamón de bellota y echar la tarde al sol en la terraza de un Mc Donald, dio su visto bueno al espectáculo. Fue así como consiguieron que estuviese avalado por la Jackson Family Fundation. Luego sería López quien acabaría yendo a su casa de Gary (Indiana), donde nació Michael. “Conocí a su madre, Katherin, y a sus hijos que van a un colegio público y llevan una vida bastante normal”, cuenta.
“Este es un montaje que se ha hecho a pulso, sin subvención de ningún tipo, buscando promotores como los hemos buscado para la gira internacional”, asegura López, que se siente sumamente orgulloso de su trabajo y del equipo que le acompaña y que ha sabido medir al milímetro todas las cuestiones de derechos ligadas a una estrella que se ha convertido en icono cultural de nuestra era.
Fran y Mampuele Jackson, uno de Valencia y otro de Madrid; uno más bailarín y otro más cantante, interpretan a Michael en el espectáculo. “Al principio sólo estaba Fran, pero un buen día se coló en el casting Mampuele y nos sorprendió tanto que decidimos quedarnos con los dos”, cuenta López.
Las vidas de ambos estuvieron ligadas a Michael Jackson desde su más tierna adolescencia. Fran (Francisco Bernabéu Llopis, 35 años), se ganó su nombre artístico a modo de apodo a los 13 años, cuando en su pueblo de valencia (Sueca) comenzaron a llamarle Fran Jackson por sus virtuosas imitaciones del artista. Y supo transformar aquella devoción en su profesión. Ha pasado por salas de fiestas, clubes, teatros, y decenas de programas de televisión hasta convertirse en el doble oficial español.
Mampuele (Iván Mampuele Ortiz, 34 años), descubrió a Michael a los seis años “gracias a un videoclip que hizo Paul Mcarteney”, dice, y recuerda que al escucharlo pensó que era una chica. “Fue mi primer contacto real con la música, desde entonces quería todo lo que tenía que ver con Michael, hasta los cassettes que vendía el Círculo de Lectores”, ríe. Lo siguiente fue empezar a imitar sus bailes, su voz, aprenderse las letras de todas sus canciones y, a continuación, vinieron ya las actuaciones en locales y ahora Forever.
El espectáculo, en contra de lo que pueda parece, no surgió del oportunismo tras la muerte de un artista universal, aunque es obvio que ha aprovechado el tirón. Sin embargo, compite en la cartelera europea con otros como el Thriller de Londres o el Moon Walker que ahora se presenta en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid.
Hay un alto riesgo de profanación en todos estos shows que, en la mayor parte de los casos, se salva a base de espectáculo y de la creación de emociones colectivas ligadas al artista en cuestión. Eso es lo que hace Forever King of Pop con una puesta en escena en la que el baile y las coreografías montadas por Yolanda Torosio adquieren un enorme protagonismo. Junto a un imponente elenco de cantantes (hay hasta un coro de gospel), que son los que llevan realmente el peso de un musical físicamente muy exigente y con una duración de dos horas y media. Y se puede llegar a creer que se está escuchando a Michael con la voz del madrileño Samuel Gómez (maestro de ceremonias y cantante) y con la de Alejandra Barella. Y el gospel llena un palacio de congresos de París liderado por la cantante de Torrejón de Ardoz Irene Risolía. Ellos y 25 más configuran el andamiaje perfecto para que Michael Jackson reaparezca por partida doble.

Fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/15/madrid/1331845552_132036.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario